Sanidad Interior

sábado, 19 de marzo de 2011


Mi verdadera posición.






De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, la cosas viejas pasaron he aquí todas son echas nuevas.
2 Corintios 5:17
Que hermosa Palabra acabas de leer. Este es sólo un versículo de los tantos en los cuales encontramos promesa de sanidad de parte de Dios para nuestras vidas.

Como te lo dijimos antes, hoy comenzaremos con ese proceso de sanación para que puedas experimentar la bendición y gracia de Dios en su máxima expresión.
Las heridas internas pueden crearse por diversas razones. para encontrarlas debes observar al rededor de ti, en tu presente y tu pasado.
Quizás en la infancia tuviste una salud muy débil; no te criaste con tus padres o tus padres se separaron, y solo viviste con uno de ellos y un día te presentaron con un nuevo papa o mama y nadie te pregunto que pensabas al respecto. Talvez creciste sintiendo poca atención de tus padres o a lo mejor sentiste que había preferencia entre algún hermano(a) y tu. Estuviste presente en frecuentes pleitos entre ellos (si pasaste por esto es obvio que viviste violencia emocional y psicológica, pudiste haber vivido violencia física también, aunque yo espero que no). Recibías demasiada presión, siempre te exigían ser el(la) mejor y no te daban lugar a pequeñas equivocaciones sin ser reprendido fuertemente.
Viste alguno de tus padres cometiendo algo ilícito o alguno de ellos murió cuando estabas muy pequeño. Pudiste haber tenido profesores y compañeros invivibles; nunca sentiste que encajabas. Muchas limitaciones económicas te hacían sentir menos con respecto a los demás que parecían tener mas que tu. En tu juventud recibiste heridas, engaños en relación al sexo opuesto o sufriste algún abuso sexual.
Estas son solo algunas cosas que pudieron haber enfermado tu corazón y ocasionar ideas y sentimientos equivocados como los que leíste en el tema anterior.

Para empezar esta sanidad vamos a hacer esto:

1-Encontrar mi verdadera posición.

No basta con saber, es necesario que también experimentes que Dios es tu Padre y tú su hijo(a). Hayas o no hayas tenido una buena relación o experiencia con tu padre natural, el amor del Dios Padre satisface todas nuetras necesidades completamente. Hay muchos cristianos que creen esto con el intelecto pero no con el corazón. No necesita sólo saberlo, sino vivirlo. Debes experimentar su gracia en tu corazón. Aun su has fallado, si has pecado contra Dios, como todos lo hacemos a diario desde la omisión hasta el echo, no debes olvidar que sigues siendo hijo(a) de Dios, que el no te desecha de la familia por haberle desobedecido, que sí tiene que disciplinarte porque te ama, y que no planea castigarte cruelmente para que aprendas a no ser un(a) niño(a) malo(a).

Es muy poco lo que podemos disfrutar como hijos de Dios si no nos vemos realmente como sus Hijos y a él como Padre.

Aunque no lo creamos o pensemos que esto es un tipo de blasfemia o idolatría, en cada persona en nuestra vida, creyente o no, y en un grado más alto a nuetros padres, los vemos como Dios. Y es porque fuimos creados por él y él puso de su aliento de vida en nosotros. Así que lo que recibas de ellos condicionará tu percepción de lo que crees que recibirás de Dios.
La constante represión de los tuyos, el rechazo, la crítica, etc. aunque no te des cuenta te harán sentir que Dios te rechaza cada vez que fallas, te juzga y te crítica, que se avergüenza de ti y en cualquier momento te da en adopción al mundo. Quizás tu no correlaciones estas cosas, pero así es como pasa en tu interior.

En algún momento nos hacemos esta pregunta que está totalmente fuera de la verdad de Dios: si un ser mortal imperfecto me trata así ¿cómo me tratara Dios que es un ser inmortal, perfecto y Santo? esta pregunta quizás te la has hecho; y no solo tu, sino muchas personas (aun yo), incluso después de haber creído en Cristo y de haberlo aceptado como nuestro Salvador.

Cuando Adán y Eva pecaron todas las cosas se las entregaron a Satanás. Pero en la cruz de Cristo podemos encontrar y obtener todo lo que habíamos perdido Dios nos pone nuevamente en un lugar de autoridad, paz, amor y vida eterna como al principio, antes de que el hombre se rebelara.

Entonces, cuando entiendes esto y lo aceptas en tu corazón y te convences de las cosas para las que fuiste creado y estas siendo preparado, tus heridas reciben el alcohol espiritual que empieza a desinfectar las heridas para empezar su proceso de curación.

Pero esto no es fácil, tienes que luchar contra ti mismo, contra tus sentimientos y pensamientos equivocados y dejar en limpio tu mente y corazón para que se llene de la verdad y gracia de Dios.

Si acaso tu no has recibido a Cristo en tu corazón como tu salvador, te invito a que lo hagas y experimentes una nueva vida y posición en Cristo.

La próxima vez estaremos hablando del segundo paso en este proceso de sanación, el cual sera... no, mejor te dejo la inquietud para que nos vuelvas a visitar.

Pero ya sabes, desde este momento te tienes que comportar como lo que eres y tienes en Dios a través de la cruz de Cristo.

Hasta la próxima.

SHALOM

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